miércoles, 8 de diciembre de 2010

MOLINOS HIDRÁULICOS DE HIGUERA DE VARGAS (por Jacinto Gil Sierra*)

El río Alcarrache, aunque de corriente intermitente que se interrumpe en verano, ha sido aprovechado durante varios siglos como fuente de energía para mover piedras con las que moler el trigo y otros granos. El documento más antiguo que habla de la existencia de molinos en el Alcarrache es un testamento otorgado en 1518 por el señor de Villanueva del Fresno, en el que menciona un molino que había comprado en el río Alcarrache. Es de suponer que en las proximidades de Higuera de Vargas también hubiera molinos en aquella época, pues esta población lo necesitaba más que Villanueva del Fresno, ya que no tiene el río Guadiana, como tiene Villanueva, donde también había molinos.
Actualmente todavía quedan restos de 10 molinos harineros junto al río Alcarrache, en el tramo en que este río bordea el término municipal de Higuera de Vargas. Casi todos ellos están mencionados en el Catastro de Ensenada, elaborado en 1752. Hay restos de otro molino frente al término de Higuera, pero en la orilla derecha que pertenece a Barcarrota; este molino también puede considerarse higuereño, ya que está más cerca el casco urbano de esta localidad que del de Barcarrota, y el Catastro de Ensenada indica que era propiedad de un vecino de Higuera de Vargas. Por tanto, la cifra de molinos harineros vinculados a Higuera se eleva a 11. A estos hay que añadir el molino llamado de La Luz, construido a principios del siglo XX, al lado de un molino harinero, para producir energía eléctrica.
De los molinos harineros, solo tenían dos muelas el situado junto al molino de La Luz y, quizás, otro del que quedan pocos restos y hasta se ha olvidado su nombre, que está a continuación del molino Barroso. Todos los demás eran de una sola muela. Solo podían moler unos seis meses al año, que es cuando el Alcarrache tenía caudal suficiente, y se les suponía un beneficio anual de 50 fanegas de trigo (cantidad que se quedaba el molinero como pago por el grano total molido). El último que dejó de moler, y cuyo edificio está muy bien conservado, es el molino de los Galápagos.
Los azudes que retenían el agua estaban situados bastantes metros antes de cada molino. Cada azud desviaba el agua hacia la orilla y, de ahí, salía un canal que llevaba el agua hasta el respectivo molino. El agua era devuelta al río después de utilizarla para moler.
Para suministrar agua al molino de La Luz se construyeron dos presas de mayor altura. De la presa que está más próxima al molino, que se mantiene intacta, sale el canal paralelo al río que también permanece casi en perfecto estado. Cuando el agua embalsada por esta presa se agotaba, se abría la compuerta de la presa situaba antes, para que todo el volumen por ella embalsado fuera a parar a la segunda presa y seguir así alimentando la producción de electricidad. El 15 de marzo de 1906 comenzó a dar servicio de alumbrado nocturno a las calles de Higuera. En 1925 lo compró la Sociedad Civil La Benéfica, quien cobraba una renta mensual a los vecinos que recibían luz en sus casas.

* El autor, Jacinto Gil Sierra, es Doctor Ingeniero Agrónomo y profesor titular de la Universidad Politécnica de Madrid. Natural de Cheles y autor, entre otras publicaciones, del libro "Molinos y molineros de la Comarca de Olivenza", editado por ADERCO en 2008

1 comentario:

  1. Sería interesante volver a poner en "producción" todos estos molinos.Podrían tener una posibilidad para generación de electricidad.

    Atentamente. jaime.c.franco@terra.es

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